En momentos específicos de la convivencia tarahumara, el gobernador o siríame asume el papel de consejero supremo de los integrantes de la comunidad. Es entonces que, con toda la autoridad moral que le ha conferido el grupo, el siríame realiza un discurso con el cual intenta anudar los lazos culturales que mantienen la unidad rarámuri.
El nawésari es ese discurso, el cual a muchos les parece similar al sermón religioso y moral, pero que es, sobre todo, una pieza de oratoria que busca recuperar "verdades" ancestrales y transmitirlas reiteradamente a la comunidad durante las fiestas, las danzas y los juegos, cuando los eventos concentran a la mayoría de los habitantes.
La función social del nawésari es la de fortalecer los lazos comunitarios por medio de la tradición oral. Los tarahumaras mantienen su cultura a través del lenguaje oral y de las expresiones corporales como la danza, la carrera y los juegos. El nawésari es el recurso de la oralidad tarahumara para mantener los valores, los conocimientos y directrices que identifican a dicha cultura.